EL SUJETO, MÁS AÚN QUE RAZÓN, ES LIBERTAD,
LIBERACIÓN Y RECHAZO.
El escritor coloca al sujeto entre el
universo de la instrumentalidad y el de la identidad, como la única fuerza que
puede detener se deriva y su degradación, como un principio de reconstrucción de
la experiencia social. El pensamiento del sujeto se dirige contra la identificación
del ser humano con sus obras y sus roles sociales y también al de los
individuaos reducidos a oscilar entre los estímulos del mercado y cuya libertad
se limita a hacer de un buen grado lo que está de acuerdo con el interés de los
poderosos. La historia del sujeto evoluciona desde los tiempo del cristianismo
hasta estos tiempos de pos modernización, por donde atraviesa y alcanza altos
grados de definición como sujeto, pasa por un sujeto amenazado, explotado,
racionalizador, degradado, resistente,
reivindicador, que sufre y que es feliz.
El sujeto es más sufriente que triunfante, más deseo que posesión; el que ha
aprendido a desconfiar de las esperanzas para prefería la caridad y la compasión
a la esperanza y su orgullo conquistador. Los movimientos sociales que llevan
la imagen de una sociedad justa están más cerca de un programa político, en
donde somos y a la vez nos resistimos a las ideologías influenciadoras que
manejan, pues va ligado a la misión que se plantee el sujeto en su desarrollo. El
sujeto no es ni el Ser eterno ni la humanidad liberada por el progreso; no es
Dios ni Hombre.
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